14 enero, 2006
Bartolito
Hoy ha venido Bartolito de EEUU a visitarnos. Mi padre se ha puesto muy contento y le ha preparado una comida muy especial: Carne de cocodrilo con pasas, arroz y tortilla de calamares. Bartolito nos contó que se había escapado de la cárcel haciendo un túnel con el plato de la comida y que estaba muy contento de haber salido de la carcel porque decía que era inocente. Según él, lo metieron en la cárcel porque había asesinado a 5934 personas, 10394 peces, 3 patos y 1 perro al echar un bote de 5 litros de cianuro por el fregadero. Él dice que no es cierto, que el nunca mataría a un perro y que lo condenaron injustamente porque lo mandaron a la silla eléctrica también. Cenamos los tres a la luz de una camiseta mojada en gasolina y amarrada a un palo que mi padre puso en la mesa. La verdad es que daba un poco de calor, pero como estaba tan emocionado no le dije nada. Por la tarde, Bartolito y yo nos quedamos a solas porque mi padre se fué a comprar kleenex al supermercado. Bartolito sacó una navaja de esas mariposa que dan un montón de vueltas cuando las abres y me la puso en el cuello. Me preguntó que de donde saqué el maletín con $25.000.000 que le di a la policía en EEUU. Yo le dije que lo encontré en la selva. Entonces se enfadó conmigo y me dijo que no jugara con él porque era un tipo peligroso y que le diera todo el dinero que teníamos escondido. Yo le dije que no porque lo estaba ahorrando para comprarle un helado de coco a mi novia Gerarda. Entonces me preguntó que si me parecía que su cuchillo en mi garganta era de juguete. Yo le dije que eso no era un cuchillo, que sólo era una navajita para afilar palos y le enseñé el mío, que siempre lo llevo colgado del cinturón. Creo que no le gustó, porque se fué gritando. Entonces me di cuenta de que algo se me había enganchado al cuchillo mientras paseaba por la selva. Era un cilindro rojo con una cuerda que tenía una pegatina en la que decía TNT. No se lo que era, pero parece que se estaba quemando con la camiseta empapada en gasolina que mi padre había colocado en la mesa. La cuerda al quemarse soltaba algunas chispas y decidí apagarlo. Cogí una lata que tenía mi padre con gasolina y la vertí en el cilindro rojo. A continuación todo pasó muy deprisa. De pronto vi como toda mi chabola se convertía en vapor y salía volando, y yo mismo me sentí empujado por una fuerza hacia arriba que me levantó del suelo. Sabía que mi padre se enfadaría por haber roto la chabola, pero seguro que podríamos reunir algunas tablas y hacer otra, así que no me preocupé por eso. La fuerza aquella me dejó caer más tarde sobre unos árboles. En seguida reconocí los árboles, ESTABA EN PERÚ!! Quedé impresionado y fuí corriendo a casa de Gerarda. Cuando le conté todo a Gerarda me dijo que tubiera cuidado con el TNT porque era peligroso, supuse que se refería a que si lo utilizas en casa la casa se vaporiza... y le dije que iba a comprar una caja de TNT para poder ir a su casa cuando quisiera. Pronto encontré a un vendedor ambulante que me la vendió, cogí un cilindro y esta vez la utilicé fuera de la casa. En 10 minutos volví a mi casa en Etiopía y mi padre estaba junto a la casa. Le conté a mi padre lo de el TNT y me dijo que le prestara unos pocos cilindros para ir él a ver a George Bush de vez en cuando. Entonces cogimos unas cuantas ramas y algunas tablas y arreglamos la chabola. No sé donde estará Bartolito, pero no ha venido más. Mi padre me dió una lección ese día, me contó que la gasolina hace que el fuego se haga más grande. Me pareció un gran descubrimiento porque hasta entonces siempre había pensado que todos los líquidos servían para apagarlo.
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